Aversión humana

Otra de mis flaquezas, aún más impertinente, consiste en mi aversión por la gente en general, que me obliga a vivir como un anacoreta y me inclina a considerar todo rasgo humano con burla o desdén.
Cuando decidí cambiar de forma de vida, no pensé mucho sobre el particular; lo adecuado, me parecía, era dejar a la gente que se maneje a su antojo y por si misma y yo reservarme toda ternura, devoción y simpatía por la muda naturaleza.
(...) la única interrogante era cómo orientar mi amor de la naturaleza hacia el amor por la humanidad.

H. Hesse. Peter Camenzind.

Víctor Manuel pintor cubano 

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