Pausa

Agradezco los días horribles. Agradezco a las tormentas que nos hacen sentir tan frágiles, como si nos pudiéramos volar como parte del remolino violento que anuncia una lluvia húmeda y feróz.

Agradezco los días que me doy este espacio, para dejar llorar un rato el alma. Para liberarme en palabras. Para quedarme encerrada.

El encierro como parte de un proceso de sanación donde uno se prepara para volver a volar. Cómo un ave rapaz en cautiverio.  La introspección como herramienta para recordarnos humanos. Frágiles, sucios, roñosos.

Las palabras como arma mortal que puede lastimar desgarrando hasta la última célula miocárdica que se creía resistente. El humano hace el amor con el cuerpo. El alma lo hace con las palabras.

El perdón como medicina única y tibia que solo funciona con paciencia y tiempo. El tiempo. Que majestuoso es el tiempo. 

Agradezco estos momentos de oscuridad. 

Agradezco al desequilibrio.

Me hicieron volver un ratito a mí. A ese nudo desordenado de ideas que necesitan de la lluvia para volver a nacer.