El inconciente no duerme

Comparto fragmentos del libro "Los complejos y el inconciente" de Carl Jung.

"El arte de la interpretación de los sueños no se aprende en los libros; los
métodos y las reglas no son buenas más que para quien es capaz de pasarse
sin ellos. Sólo dispone de la facultad real de interpretación quien tiene la
gracia del saber y de la comprensión viva, quien, siendo comprensivo,
 tiene este don graciosamente. Quien no se conoce a sí mismo no puede pretender
conocer a los demás. Y en cada uno de nosotros duerme un extraño de rostro
desconocido, que habla con nosotros por medio del sueño y nos hace saber
cuan diferentes son la visión que tiene de nosotros y aquella en la que nos
complacemos. Por eso, cuando nos debatimos en una situación con dificulta-
des insolubles, es el otro, el extraño en nosotros, quien puede, llegada la
ocasión, abrirnos los ojos y difundir las únicas claridades capaces de trans-
formar de arriba abajo nuestra actitud, esa actitud que nos ha llevado hasta la
situación inextricable y que ha fallado .

Es preciso guardarse, en el trascurso del trabajo de interpretación, de un
fárrago de prejuicios y de supersticiones; ante todo, de la idea de que las
personas presentadas por el sueño sólo encarnan a esas mismas personas en
la vida real. Pues no hay que olvidar jamás que se sueña, ante todo y casi
exclusivamente, sobre uno mismo y a través de uno mismo.
El inconsciente es un estado constante, duradero, que, en su
esencia, se perpetúa semejante a sí mismo; su continuidad es estable, cosa que
no se puede pretender del consciente. A veces la actividad consciente cae en
cierto modo por debajo de cero y desaparece en el inconsciente, donde
continúa bajo forma de actividad inconsciente. Cuando nuestra conciencia
presenta su nivel habitual o incluso cuando alcanza una agudeza particular,
el inconsciente no por ello deja de proseguir su actividad, es decir, su sueño
perpetuo. Mientras escuchamos, hablamos o leemos, nuestro inconsciente
continúa funcionando, aunque no percibamos nada. Con la ayuda de mé-
todos apropiados se puede demostrar que el inconsciente teje perpetuamente
un vasto sueño que, imperturbable, sigue su camino por debajo de la
conciencia, emergiendo a veces durante la noche en un sueño o causando
durante la jornada singulares y pequeñas perturbaciones. "



                        Cuadro de Rudi
                      "Polvo de estrellas"

Comentarios

  1. Es real, en nuestros sueños, aflora esa otra persona, que muchas veces nos cuesta entender, pero que es parte de esa personalidad que subyace en nosotros, y puede aflorar en determinadas circunstancias, en la vida diaria.

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  2. Los sueños a veces, nos transporta a situaciones que en estado de vigilia no nos animamos a afrontar. A veces ocurren mucho tiempo después de que lo pensemos y re pensemos, quedan el subconsciente y allí afloran. O metafísicamente nos hace vivir situaciones como el recurrente mío que es volar

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